Cómo reducir la sobrecarga cognitiva

En términos sencillos, la sobrecarga cognitiva consiste en proporcionar demasiada información al mismo tiempo. En la era actual de las comunicaciones, esto es prácticamente inevitable, ya que los usuarios son bombardeados por los medios de comunicación. Pero internet sufre especialmente este problema y si no se emplea pruebas de usabilidad es muy probable que sufras.

Hay demasiados datos ahí fuera y los sitios suelen cargar a los usuarios con información sobrante mientras realizan sus tareas. Si los propietarios de los sitios lo hacen demasiado complejo y oneroso, es probable que los usuarios abandonen. Por eso a todos nos interesa simplificar los procedimientos y procesos.

El primer principio que debe meterse en la cabeza es la sencillez. Si los usuarios tienen que aprender o memorizar una serie de acciones para utilizar su sitio... entonces tiene problemas. Del mismo modo, si los procesos son complejos o largos, es probable que los pierdan. Sin embargo, hay una serie de principios básicos que puede utilizar para garantizar un cierto grado de facilidad y regularizar el comportamiento de los usuarios;

1. Utilizar convenciones y acciones conocidas y familiares. El comportamiento de los usuarios puede ser impulsado por la repetición y la familiaridad. Internet y los dispositivos y aplicaciones digitales existen desde hace tiempo. Ya existen convenciones para el posicionamiento, los iconos, los botones, las acciones y otras abreviaturas útiles. Utilízalas todo lo que puedas y tus usuarios lo tendrán más fácil.
2. Eche un vistazo a los procesos de pasos y navegación necesarios para desplazarse por los elementos o dentro de ellos y compruebe si cada paso es necesario y aporta algo. Si no lo es, elimínelo o, al menos, hágalo automático o capaz de recopilar datos o información de otra parte para realizar la acción necesaria. Todo lo que parezca largo y complejo probablemente lo sea. Analice estos procesos y vea si pueden acortarse o simplificarse consiguiendo prácticamente el mismo efecto. Si reduces una acción en 25% y sólo pierdes 2% de eficacia, probablemente sea una buena solución.
3. Averigüe qué es lo que los usuarios valoran o utilizan más y asegúrese de mantener estas cosas como el foco principal en su diseño. Haz que los elementos importantes sean fáciles de encontrar y de tener a mano para que los usuarios puedan localizarlos y utilizarlos siempre que lo necesiten. Además, puedes ayudar a los usuarios a entender exactamente dónde están y qué tienen que hacer a continuación. Esto puede ahorrar mucha confusión y frustración.
4. Haga un diseño lógico e intuitivo. Esto ayudará al usuario tanto a recordar como a encontrar su camino, ya que las indicaciones intuitivas se almacenarán y recordarán. Si parece que algo debería encontrarse moviéndose a la derecha de la pantalla y así es, el usuario lo encuentra más fácilmente y se ve recompensado por su intuición. El comportamiento del usuario se rige por la repetición y la familiaridad.
5. La gente es intrínsecamente perezosa, así que hay que hacer el proceso lo más fácil posible. Intente imaginar que está utilizando el producto y anticipe lo que le molestaría, lo que le gustaría que se eliminara. ¿Dónde puedes insertar consejos útiles o indicadores para que la progresión sea transparente? ¿Cómo puede reducir el impacto de algo molesto que tenga que incluir? ¿Cómo se pueden enlazar e integrar los pasos o las acciones? Todo esto puede ayudar a centrarse en la facilidad de uso.

La sobrecarga cognitiva es un problema muy real en estos días de consumo masivo de medios de comunicación. Asegúrese de poner de su parte para aliviarla y cosechar los beneficios para su organización.